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X.12 Agua para usos múltiples y reutilización del agua

Agua para usos múltiples

El uso múltiple del agua es la práctica de utilizar el agua del mismo sistema o infraestructura natural o hecha por el hombre para distintos usos y funciones. Durante la fase de emergencia inmediata, el enfoque es proveer la cantidad necesaria de agua potable segura, ya que esto es fundamental para mantener una buena salud. Es posible que las demandas climáticas (por ejemplo, los climas secos) o los estados de salud (por ejemplo, madres lactantes) requieran más agua. Del mismo modo, las emergencias relacionadas con la salud deben tener privilegios para acceder al agua a fin de garantizar la cantidad necesaria para el uso médico (es decir, lavado de manos, limpieza, lavado de equipos, atención médica o toma de medicamentos por vía oral). Es posible que se necesite más agua según la población y la situación. En cualquier situación, los usuarios del agua, no los proveedores, decidirán cómo distribuirán el agua, por lo que es importante que los proveedores de agua comprendan las prioridades de los usuarios e identifiquen en qué puntos los proveedores y los usuarios no coinciden (por ejemplo, los usuarios pueden priorizar el agua para la ganadería, antes que para el lavado de manos). En estos casos, los proveedores deberían preocuparse por brindar el agua suficiente para los usuarios y otras prioridades, aunque no es necesario que sea de la misma fuente ni de la misma calidad.

Durante la etapa posterior a la fase de emergencia (estabilización y recuperación), se necesita más agua a nivel familiar para usos productivos a pequeña escala, como las huertas familiares, la ganadería o las microempresas. Siempre que sea posible, los sistemas de agua de emergencia deben tener un diseño que tenga en cuenta las posibles aplicaciones futuras para mantener las distintas necesidades comunitarias sobre el uso del agua en la etapa posterior a la fase de emergencia. Por ejemplo, los derrames de agua de los tanques desbordados o en las tomas de agua pueden provocar derrames en jardines o en comederos para animales cercanos. Los sistemas de recolección de agua de lluvia pueden tratar una parte del agua recolectada para que pueda beberse, y la cantidad restante puede utilizarse para usos productivos o en ganadería. En áreas en las que el agua es escasa, las comunidades no suelen diferenciar entre los usos domésticos y no domésticos del agua, por lo que los sistemas de suministro de agua deben diseñarse para distintos usos que permitan alcanzar el impacto deseado y evitar la competencia dentro de la comunidad. Las emergencias también afectan a los usuarios del sector agrícola, institucional, industrial y comercial que también consideran que sus necesidades relacionadas con el agua son esenciales. A pesar de que no sea una prioridad clave en la fase de emergencia, estos requisitos adicionales sobre el uso del agua deben tenerse en cuenta (y compensarse) durante las fases de estabilización y recuperación.

Con el fin de operar con éxito varios sistemas de agua, se necesita un nivel avanzado en gestión organizativa y un contexto comunitario estable. Mediante las evaluaciones adecuadas se debería asegurar que los requisitos para el uso del agua de los distintos grupos de usuarios se tengan en cuenta. De esta manera, todos estarán dispuestos a cooperar con los aspectos de operación y mantenimiento del sistema de agua. Por este motivo, es esencial que la evaluación se realice de manera inclusiva y considere las normas y las costumbres sociales para garantizar que el uso múltiple del agua y su reutilización se apliquen de una manera en que la comunidad lo acepte.

Reutilización del agua

La reutilización del agua es el uso de las aguas residuales (tratadas) para aliviar la escasez de agua y aumentar el suministro de agua disponible en la comunidad. Esto es especialmente importante para contrarrestar la disminución de los recursos de agua disponible destinada al uso doméstico, industrial, de subsistencia y para la agricultura debido al cambio climático, el crecimiento de la población o las sequías. El agua se puede utilizar de manera directa sin tratamiento (por ejemplo, en los retretes) o puede tratarse hasta obtener el nivel adecuado para su reutilización (agua regenerada).

La reutilización del agua puede dividirse en agua para fines potables y no potables. Las consideraciones en el diseño de la reutilización del agua para fines potables son complejas y están por fuera de las intervenciones de emergencia inmediata, en caso de que esas tecnologías ya no se hayan aplicado en el área afectada. Por lo tanto, la recuperación del agua municipal no suele estar disponible durante la fase inmediata, aunque podría utilizarse en situaciones a largo plazo, en especial, en áreas con acceso limitado al agua. La reutilización del agua para fines no potables (por ejemplo, huertas familiares, limpieza) es viable en el contexto posterior a la emergencia, luego de considerar y gestionar con atención los riesgos de contaminación. El derrame de agua en las tomas de agua se puede utilizar para los animales o para la agricultura, junto con el agua sin tratar o el agua regenerada de las duchas, el lavado de manos o la limpieza. El agua contaminada biológicamente solo debe considerarse para fines no potables (por ejemplo, el riego).

Hay muchas posibilidades para reutilizar las aguas grises (el agua de las duchas, la cocina y el lavado de ropa o de utensilios de cocina) en jardinería y agricultura, ya que están menos contaminadas que las aguas residuales. El agua de lluvia puede reutilizarse como cambio artificial para las cuencas de agua subterránea en áreas que dependen de la extracción de agua subterránea para los suministros de agua potable. Es posible que se necesiten medidas de precaución (por ejemplo, sistemas de filtrado) para evitar la contaminación del agua subterránea.

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